El juego de peones del Peronismo
El Partido Justicialista gobierna 12 de las 23 provincias que conforman Argentina. Los actores que hoy disputan el gobierno federal quieren pero no pueden olvidarse de esto.
El 2 de Mayo ocurrió un evento de esos que hacen saltar el sentido arácnido de cualquiera que este atento al desarrollo político del pais y entienda que este pais no termina ni en la General Paz ni en Buenos Aires: se reunieron los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti, y de La Rioja, Ricardo Quintela, en la firma de un acuerdo por mas de 100 millones de pesos que busca coordinar infraestructura hídrica entre ambas provincias. Este tipo de acuerdos es, dentro de todo, común. Pero creo aquí hay mas que solo acuerdos entre mandatarios así que me puse a investigar sobre que tan común podemos considerarlos. Lo cierto es que si uno hace un rastreo de estos dos últimos años, la coordinación entre provincias en términos de infraestructura esta en notable crecimiento. Si bien usualmente se realizan con algún tipo de soporte por parte del gobierno federal, tanto este acuerdo como varios del ultimo año (La Rioja/Catamarca por 520 millones y San Luis/La Pampa por 300 millones, por mencionar algunos) se vienen realizando entre provincias exclusivamente y con un fuerte enfoque de desarrollo federal. ¿Acaso los gobernadores están solo utilizando mas seguido este recurso, o esta pasando algo mas?
Como casi siempre en la política argentina, estos cambios y estos nuevos acuerdos no son tanto causa de nuevos vaivenes como consecuencia de procesos previos, subyacentes, que se cocinan en el juego del poder. Y como venimos sugiriendo en estas líneas, estamos en pleno proceso de reorganización de la política de las provincias del interior en su relacion con el gobierno federal. Tras años de destrato (sostiene el discurso federalista que estos actores buscan encarnar), primero por el gobierno de Cristina Kirchner y luego el de Mauricio Macri, las provincias están listas para disputarle a Alberto Fernández su merecido lugar como eje central de la política del pais. El presidente lo sabe: desde que asumió, siempre buscó un trato cordial con todas y centrándose en recomponer el vinculo con las provincias peronistas que disputan al Partido Justicialista nacional (Con San Luis y Córdoba a la cabeza) a través de convenios y giros presupuestarios importantes. Pero ningún problema de confianza se resuelve tirandose dinero a la cara. Y en la antesala de 2023, con la clásica disociación y CABAcentrismo que caracteriza las elecciones nacionales, se discuten candidatos, se hablan de proyectos y se proponen ideas que están sistemáticamente alejadas de las agendas provinciales. Por poner solo un ejemplo, se habla mas de Milei que de cualquier gobernador. Pero esta vez, no le saldrá gratis al gobierno nacional.
13 de 23 provincias son gobernadas por Peronistas explícitamente miembros de sus partidos justicialistas provinciales. En las 10 restantes, gobiernan coaliciones con alguna organización peronista en su interior. Schiaretti, Quintela, Rodríguez Saa, entre otros, no son solo gobernadores y peronistas: son presidentes de sus Partidos Justicialistas locales y definen las listas de diputados, manejan grandes partidas presupuestarias discrecionales y tienen un nivel de penetración territorial por parte de sus militantes difícilmente disputable por una fuerza joven. Y estos convenios que mencionaba al principio vienen siempre acompañados de acuerdos políticos implícitos y explícitos, que en año electoral, rendirán sus frutos.
Quiero ser claro: hoy el peronismo nacional no puede jugar a nada sin sus peones, sus gobernadores.
Lo supo el presidente cuando convoco a Juan Manzur como jefe de gabinete. Todos estos mandatarios son piezas centrales para cualquier proyecto que aspire a la presidencia. No hay gobernabilidad posible sin su apoyo, y el peronismo lo sabe. De sus internas y disputas se define el proximo equipo tecnico que gobernara nuestro pais si gana el Justicialismo. Y no cabe duda que todos ellos, concientes de esta situacion, aspiraran a pelear por la mejor situacion posible para sus provincias (pero especialmente, para ellos gobernandolas). ¿Y cual es este juego de peones? El de condicionar, lenta pero constantemente, el armado de listas y la configuracion del peronismo de cara a 2023. Todos, apoyados en la solidez de su cargo, lo estan jugando.
Hoy 4 de Mayo, se menciono por primera vez de manera publica la posibilidad de un Schiaretti como candidato a presidente. La declaracion vino de nada mas y nada menos que el secretario de Gobierno de la ciudad de Cordoba, Miguel Siciliano. Mi hipotesis es que en este juego de peones, algo mas se esta cocinando, y tiene como protagonista a las provincias y sus dirigentes. Una candidatura fuerte que juegue por afuera de Cambiemos y Frente de Todos ya no es un fantasma, sino una posibilidad poderosa. Y tal vez hoy mas que nunca, una que parece perfilarse como viable para la construccion de un nuevo proyecto de pais peronista.