El fantasma de la traición (y otras sobrenaturalidades políticas)
¿Se viene una traición de proporciones bíblicas en Córdoba o es todo humo? Puede que sea tan solo un fantasma que asecha las próximas elecciones.
Debo admitir, que arranco diciendo algo solo parcialmente verdad: el fantasma de la traición no es ninguna sobrenaturalidad política, si no mas bien la regla. Regla, en el sentido de que la acción del político debe considerar, siempre, que en la caja de herramientas de sus adversarios esta presente esta ruin táctica. En el particular mundo que rodea la política, lo sobrenatural son otras cosas, que hablaremos mas tarde. Pero si existe un uso para la fantasmagórica presencia de la traición: su posibilidad.
En la ciudad de Córdoba, corren rumores espectrales por los pasillos de la militancia y entre los escritorios de los dirigentes. El rumor hace referencia a una transición negociada por parte del Gobierno Provincial. No tienen candidato pesado, y todo apunta que en las próximas elecciones ejecutivas podría haber un zarpazo electoral por parte de Juntos tras ya 21 años de gobierno peronista. Se rumorea que la dirigencia peronista de la provincia podría simplemente rendirse: campaña ligera centrada en algún candidato fuerte para proyectar al futuro, pactar espacios de poder seguros para el espacio político y a otra cosa. Básicamente, Pax Romana. Una tregua horrible y una idea repugnante para el militante. Para los ajenos esto podría parecer una locura, pero para cualquiera que siga de cerca la política cordobesa no tanto: Juntos tiene los votos, pero necesita funcionarios. No tienen ni la gente ni el expertise para sostener el status quo actual, absolutamente ligado a la dirigencia peronista. Funcionarios, estructura territorial ligada a barrios, ciudades del interior, fiscales. Juntos no tiene nada de esto. Almenos, no como lo necesita para gobernar. Tampoco tiene las conexiones con los sectores de poder en la provincia (ni los mas difíciles de convencer, sindicatos grandes, ni los mas difíciles de cortejar, agro e industria mediana). El peronismo tiene todo esto, le faltan los votos. Sin todos estos estos elementos, Juntos no puede gobernar. Sin los votos, el peronismo tampoco. Es cuestión de hacer las matemáticas.
Esto puede ser un completo disparate o el inevitable despliegue de la historia dependiendo de a quien el preguntes. Lo factico, acá importa poco. Pero importan las matemáticas. Y solo la POSIBILIDAD de que esto ocurra, hace saltar las alarmas de todos los políticos de la provincia. ¿Cuáles son estas alarmas? Pues las de siempre: la que te guía en el quehacer diario que implica el poder. El tira y afloje con tus militantes, con tus compañeros, con los funcionarios que tenes arriba y que tenes abajo. Y el miedo, rompe la cohesión. ¿En quien puedo confiar? ¿Qué no me están queriendo decir? ¿Dónde se supone que voy a terminar yo y las 15 personas que trabajan conmigo una vez pase lo que parece que va a pasar? Un sin fin de dudas que son horribles monstruos no solo por lo que significan, sino porque son hijas del peor de los fantasmas: el de la traición, el fantasma del cual no se puede hablar, negociar o preguntar.
Uno podría pensar que esto esta mal, que de ocurrir es una locura. Y algo de razón tendría. Pero le tengo una sorpresa: en el mundo del orden del Estado, esto es común. Las burocracias son infinitamente mas fuertes que los candidatos y los proyectos políticos, el trabajo del Estado no puede depender de los vaivenes de las voluntades de las mayorías. Lo verdaderamente extraño es que una de las principales conmemoraciones políticas de nuestra nacion sea festejar el Dia de la Lealtad (!!). Les apuesto lo que quieran a que no le pueden explicar la importancia del 17 de Octubre a un alemán promedio en menos de 30 minutos. Lo extraño es que festejemos la Lealtad en un mundo que no la puede entender como valor político.
Tambien les cuento una anectdota. En el 95´, pleno jolgorio menemista, Cordoba era indiscutiblemente de los radicales. Ramon Mestre gana la gobernacion contra el ignoto del peronismo menemista Guillermo Johnson por mas de 100.000 votos. Nada fuera del status quo. Pero en el 98´ se un proceso unico y espectacular: del movimiento Evita surge un nuevo candidato del peronismo. Carismatico, nuevo en la escena provincial, que se peleaba con Menem y hablaba de Cordoba antes que de Argentina. Ese candidato era Jose Manuel de la Sota. Con reforma constitucional en la provincia de por medio (que abolio el sistema bicameral), aprovechando la coyuntura, con el apoyo del agro y de algunas de las bases radicales, le pega el zarpazo y destierra a Mestre para siempre de la politica provincial. De la Sota se volvio gobernador de la nada, traiciones y dudas de por medio, en lo que se esperaba seria una gobernacion de transicion. El ignoto Johnson, defendiendo al menemismo, no llego ni a 80.000 votos. Nadie esperaba mucho de De la Sota. El fantasma de la traicion opero a su favot (sindicatos historicamente radicales apoyaron su candidatura) y se rumoreaba “transicion pactada”, pues, Cordoba seria siempre radical… no? Luego de eso nunca volvio a perder y hoy su compañero Juan Schiaretti sigue, de manera ininterrumpida entre el y De la Sota, gobernando Cordoba. Esta anectoda es muy relevante, mas de lo que parece a simple vista: para nosotros, y tal vez mucho mas, para el peronismo provincial.
Aun así, es innegable: un fantasma recorre los escritorios de Córdoba, y es el fantasma de la traición. Un dirigente de Córdoba, al que considero amigo y cuyo nombre me seria imposible dar, me respondía de esta didáctica y profesional forma cuando le preguntaba sobre esta posibilidad:
“Cada vez que hablamos de esto con compañeros yo digo que no hay forma que pase algo asi, pero a esta altura, no me sorprendería. ¿Sabes la cantidad de veces que nos pudieron ganar estos fantasmas y la pifiaron con boludeces? En algún momento se tenían que avivar.”
Su tranquilidad, la mención de la palabra “fantasma”, su visión tan peculiar de las cosas: todo me dejo honestamente sorprendido. Me quedo claro que existe todo un mundo de lo sobrenatural en política. No es solo lo extraño y lo poco común, sino, peor aun, también es lo que es posible y cuya presencia genera la ansiedad de la oscuridad y de la incertidumbre. Aun nos queda ver que pasa, pero ¿El cagazo? No te lo saca nadie.